Agua de agosto
Cuánto no daría de aliento
que me devolvió la existencia;
la que me inspiró a cumplir
el deseo de libertad,
la que al fin rompió mis cadenas.
Observar como hace días
la pureza de tus ojos
y esta vez fugarnos de los destrozos
que nos amorban a ti y a mí.
Cuántas ganas por recorrer
el tiempo y la distancia
por quemar toda mentira,
y es que haber dudado tanto
de los suspiros sin respuestas
nos hizo perder la seguridad
de sumergirnos en el agua de agosto.
Así que empaca y vámonos.
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