Te desprendo

Te desprendo como la estrella de mar se desprende de la roca.
Es preferible ser peregrino en tierras desconocidas
que embestir desde las entrañas tu recuerdo.

Te desprendo, resuelto a tirar por la borda el horror de mis escamas,
la sinrazón de mis fijezas, la cercenada soledad de tu presencia.
Devano mi piel albergue, la urdimbre** de mi postura emancipada.
Escurro mi médula para perderte.
Así es el desprendimiento, una marejada de olvidos.
*Siento el ímpetu del viejo zarpazo,
*la exención del intruso,
*el vórtice del abandono,
*traspasar las arterias.

Así es la despedida,
migas de coraje esparcidas por el suelo,
aureolas del quizás,
desangradas axiomas que ya no tienen cabida en el poema,

ecos en el aljibe apagándose poco a poco.

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